Valerie Brathwaite en el MALBA: un viaje por las formas vivas de lo orgánico

Con más de seis décadas de exploración formal, Valerie Brathwaite presenta en el MALBA Un propio andar fluyente, su primera exposición individual en un museo fuera de Venezuela.

La muestra reúne más de cuarenta obras entre dibujos y esculturas que expanden la noción de lo vivo desde la abstracción orgánica.

La llegada de Valerie Brathwaite al MALBA marca un acontecimiento singular dentro de la agenda cultural porteña. Nacida en Trinidad y Tobago en 1938, la artista ha construido una trayectoria sólida en Venezuela desde fines de los años 60, siendo una figura clave en la construcción de un lenguaje plástico que se aleja de las geometrías duras de la modernidad latinoamericana para situarse en un territorio más sensible, ondulante y vital.

Su obra, definida por la crítica Lourdes Blanco como “abstracto-no geométrico” o “abstracto-biológico”, propone un regreso a la inteligencia de la materia y a los ritmos naturales que subyacen en los cuerpos, los paisajes y los gestos.

Una artista que piensa con las formas

Brathwaite trabaja desde una intuición profunda del volumen, la línea y la textura. Sus dibujos —a simple vista simples, casi esquemáticos— condensan una memoria táctil que se expande luego en sus esculturas blandas y piezas tridimensionales. No se trata de representar la naturaleza, sino de permitir que la forma respire, se curve, se repliegue o avance con la lógica orgánica que atraviesa toda vida.

En Un propio andar fluyente, la artista despliega un recorrido que abarca desde sus trabajos de los años 70 hasta sus series más recientes, aquellas que exploran materiales flexibles, textiles y compositivos que parecen animarse desde dentro. Son piezas que iluminan lo primigenio: lo vegetal, lo animal, lo corporal. Volúmenes que sugieren movimiento, gestación, latidos o expansiones. Curada por Alejandra Aguado, la exposición invita a un contacto íntimo con ese pulso interno que late en cada obra.

Un lenguaje orgánico dentro del museo

La Sala 1 del MALBA recibe la muestra con una diagramación que potencia la dimensión fluida del trabajo de Brathwaite. Las esculturas dialogan entre sí como si fueran organismos en tránsito, cada una con una presencia silenciosa pero poderosa. Al mismo tiempo, los dibujos funcionan como partituras o constelaciones que anticipan los ritmos de las piezas tridimensionales.

El crítico venezolano Roberto Guevara describió en 1975 que la obra de Brathwaite se “libra a su propio andar fluyente”. Ese gesto —un desplazamiento suave, libre, sin jerarquías rígidas— puede sentirse al recorrer la sala: no hay un punto de inicio ni un centro, sino una circulación que permite que las piezas se encuentren entre sí y con el visitante. La exposición propone una temporalidad distinta, donde mirar requiere detenerse, dejarse afectar y seguir el trazo de las líneas como si fueran respiraciones.

Trayectorias que atraviesan territorios

Aunque su obra se desarrolló principalmente en Venezuela, la historia personal y artística de Valerie Brathwaite es, desde sus inicios, un cruce entre territorios y culturas. Estudió en Inglaterra, vivió en Washington y se formó en los años en que el arte latinoamericano debatía sobre identidad, abstracción y relación con el entorno. Su mirada —abierta, permeable, sin fronteras— se ve reflejada en una producción que rehúye los contornos cerrados para habitar un espacio intermedio, flexible y profundamente humano.

La exposición en el MALBA es también un reconocimiento al lugar que ocupa su práctica dentro del arte latinoamericano contemporáneo. No solo por la consistencia de su lenguaje, sino por su capacidad de mantener una investigación sostenida a lo largo de más de 60 años, siempre desde una independencia expresiva que pone en valor la escucha del propio proceso creativo.

Un recorrido que invita a lo sensorial

La experiencia de Un propio andar fluyente se apoya en una percepción sensible del entorno. Las obras de Brathwaite parecen surgir del suelo o suspenderse levemente en el aire. Sus curvas evocan un gesto corporal, su suavidad remite a la piel, la flor o la membrana. La posibilidad de reconocer algo familiar —sin que nunca llegue a ser figurativo— es una de las claves de su poética: aquello orgánico que habla sin palabras, desde la intuición.

La muestra se enmarca dentro del creciente interés por revisitar figuras latinoamericanas que, desde distintos rincones del Caribe y Sudamérica, contribuyeron a ampliar las maneras de pensar la abstracción. Brathwaite, con su insistencia en lo fluido, lo flexible y lo vivo, ofrece una lectura que hoy se vuelve especialmente pertinente: una invitación a mirar más allá de la forma y hacia el pulso que la sostiene.

La presencia de Valerie Brathwaite en el MALBA se suma a un año particularmente activo para el museo, que continúa ampliando su mirada hacia distintos territorios del continente. En ese mismo marco, el recorrido dialoga con otras propuestas recientes que profundizan en la diversidad artística regional y pueden explorarse en esta selección de exposiciones dedicadas al arte brasileño y caribeño


🖼️ Exposición: Un propio andar fluyente
📍 Lugar: MALBA — Sala 1
📅 Hasta: 2 de febrero de 2026
🕒 Horario: miércoles a lunes, de 12 a 20 h
🎟 Entrada: consultar valores actualizados en la web del museo

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